Descripción
El 3 de junio de 1965, el cohete Titán 2 ponía en órbita a la mencionada cápsula, de la serie Gemini, tripulada por James McDivitt y Edward H. White.
Su trabajo más destacado, como digo, fue salir de la Gemini y flotar ingrávido durante 21 minutos, unido a la cápsula por un cordón de 7 metros de longitud. Al concluir las 62 órbitas, la Gemini 4 regresó felizmente a casa.
Pero no todo fue tan normal en el vuelo de los norteamericanos.
Al día siguiente de su lanzamiento, McDivitt declaró haber visto un objeto cilíndrico, con elementos extendidos. El destacado investigador sueco Gösta Rehn pudo sostener una conversación con el citado astronauta el día 3 de octubre de 1967. Así narra Gösta la explicación dada por McDivitt sobre lo que vieron aquel 4 de junio de 1965:
"... el astronauta vio un objeto cilíndrico con una prolongación que parecía una antena. Su aspecto recordaba un poco la segunda fase del cohete Titán (lo que no implica necesariamente que fuera eso lo que vieron sus ojos). No se ha podido establecer sus proporciones, pero tenía una superficie angular, es decir, que visuálmente no aparecía como una forma circular. A plena luz, el objeto era blanco o plateado. A la sazón, la cápsula espacial navegaba en vuelo libre sobre algún punto del océano Pacífico.
" McDivitt tomó una placa fotográfica y luego disparó varias fotos sobre un rollo en blanco y negro. La impresión era que el objeto no avanzaba en linea paralela a la Gemini sino, antes bien, que se aproximaba a ésta y que se hallaba relativamente cerca. Los astronautas reaccionaron para evitar la colisión. El objeto desapareció de la vista cuando el sol dio de lleno en la ventanilla (que estaba bastante sucia). McDivitt intentó localizar de nuevo el objeto y varió la posición de la cápsula para que el sol no les cegara con sus reflejos, pero ya no pudo dar con él."
Una vez los astronautas hubieron amerizado, el rollo fue trasladado con el material desde el portaaviones a tierra y transcurrieron cuatro días antes de que McDivitt pudiera examinarlo. Entre tanto, el intérprete fotográfico de la NASA había dado a la publicidad tres o cuatro fotos, pero McDivitt negó que correspondieran a lo que él había visto. Cuando pudo examinar en persona el rollo, se cercioró de que se trataba del objeto que había visto, si bien la calidad de la imagen y de la ampliación sólo permitían apreciar el objeto de forma difusa contra el límpido fondo del espacio exterior. De todos modos, McDivitt insistió en que la imagen correspondía a lo que él había visto. McDivitt opinó que, probablemente, el objeto era un satélite no tripulado. Por su parte, el NORAD examinó cuál era la posición de los distintos satélites y llegó a la conclusión de que podía tratarse de Pegasus,1 que en el momento de las tomas se hallaba a 1.900 kilómetros de distancia de la Gemini. McDivitt se mostró disconforme con esta interpretación. El doctor Roach elaboró entonces una tabla en la que se relacionaban todos los satélites -con inclusión de Pegasus- o fragmentos de satélites y se especificaban distancias y tiempos. El citado profesor llegó a la conclusión de que Pegasus era demasiado pequeño para que hubiera sido visto y filmado por McDivitt. Por otra parte, ¿cómo podía tratarse del satélite Pegasus II si McDivitt había comunicado que el misterioso objeto sólo estaba a 37 kilómetros de su cápsula? En este sentido, las palabras radiadas por McDivitt son definitivas:
"He visto nada menos que un satélite, a gran altura... Parecía una de esas estrellas que se vislumbran desde tierra y que uno ve pasar fugazmente a grandes, inmensas distancias. Cuando atisbé el satélite, lo teníamos casi encima de nosotros. Parecía que se desplazara de izquierda a derecha..., como si volviera al Oeste, lo que induce a suponer que seguía una trayectoria sur-norte."
"No era un satélite conocido"
El doctor Roach precisó así las palabras de McDivitt: " Si bien el astronauta llamó satélite al objeto que vio y fotografió, el hecho debe incluirse entre los casos dudosos, porque se desplazaba a mayor altitud que la Gemini 4 y en una órbita polar. Tenía las características de una estrella y no pudo identificársele como un satélite conocido."
Observaciones sobre China
Estas no fueron las únicas observaciones de los astronautas de la Gemini 4. Según la agencia de noticias Associated Press, McDivitt y White informaron también de "misteriosos objetos luminosos" al sobrevolar los territorios de China y el Asia Oriental. "No sé lo que eran -manifestó McDivitt- y dudo mucho que haya alguien en el mundo que pueda saberlo... "
La Fuerza Aérea ataca de nuevo
A pesar de las precisiones del doctor Roach, la Fuerza Aérea (USAF) -quizá presionada por la venenosa CIA- volvió a la carga y, saltando sobre los razonamientos y cálculos de los científicos, que habían determinado la posición de Pegasus a 1.900 kilómetros de la cápsula Gemini "estimó" que el satélite Pegasus 2 pudo estar perfectamente en el momento de las fotografías a 16 o 19 kilómetros de los astronautas..., cuando éstos pasaron sobre el territorio continental de los Estados Unidos. El Comando de la Defensa Aérea Norteamericana quedó así satisfecho, pero no los científicos ni, naturalmente, McDivitt y White. Poco tiempo necesitaron los expertos del Departamento de Explicaciones Instantáneas para ridiculizar, una vez más, a la Fuerza Aérea de EE. UU. Para empezar, el "encuentro" de los astronautas de la Gemini no había tenido lugar sobre territorio continental de los Estados Unidos, sino sobre las islas Hawaii.. En segundo lugar, si el propio Comando ha afirmado repetidas veces que su funcionamiento es tan preciso " que puede puntualizar en cualquier instante la situación de cualquiera y de todos los satélites que han sido lanzados desde la Tierra", ¿cómo explicar ese "lapsus" de casi 1.900 kilómetros respecto al Pegasus 2? La segunda rectificación -notificando que el satélite se hallaba a sólo 16 o 19 kilómetros de la Gemini- resulta mucho más grave y comprometido que el reconocimiento de un "objeto no identificado" junto a la cápsula del astronauta McDivitt... Para colmo, al concluir el vuelo, la propia NASA comentó en relación con las películas de los astronautas: "El cuidadoso estudio de las fotografías tomadas por McDivitt, del objeto visto desde la cápsula, no muestra nada que parezca un satélite." Ante semejante "chaparrón", las "águilas" del Comando de la Defensa Aérea prefirieron guardar silencio y esperar a que el asunto cayera en el olvido. Una táctica tan conocida como trabajada por los militares y la CIA...
Pero no todo fue tan normal en el vuelo de los norteamericanos.
Al día siguiente de su lanzamiento, McDivitt declaró haber visto un objeto cilíndrico, con elementos extendidos. El destacado investigador sueco Gösta Rehn pudo sostener una conversación con el citado astronauta el día 3 de octubre de 1967. Así narra Gösta la explicación dada por McDivitt sobre lo que vieron aquel 4 de junio de 1965:
"... el astronauta vio un objeto cilíndrico con una prolongación que parecía una antena. Su aspecto recordaba un poco la segunda fase del cohete Titán (lo que no implica necesariamente que fuera eso lo que vieron sus ojos). No se ha podido establecer sus proporciones, pero tenía una superficie angular, es decir, que visuálmente no aparecía como una forma circular. A plena luz, el objeto era blanco o plateado. A la sazón, la cápsula espacial navegaba en vuelo libre sobre algún punto del océano Pacífico.
" McDivitt tomó una placa fotográfica y luego disparó varias fotos sobre un rollo en blanco y negro. La impresión era que el objeto no avanzaba en linea paralela a la Gemini sino, antes bien, que se aproximaba a ésta y que se hallaba relativamente cerca. Los astronautas reaccionaron para evitar la colisión. El objeto desapareció de la vista cuando el sol dio de lleno en la ventanilla (que estaba bastante sucia). McDivitt intentó localizar de nuevo el objeto y varió la posición de la cápsula para que el sol no les cegara con sus reflejos, pero ya no pudo dar con él."
Una vez los astronautas hubieron amerizado, el rollo fue trasladado con el material desde el portaaviones a tierra y transcurrieron cuatro días antes de que McDivitt pudiera examinarlo. Entre tanto, el intérprete fotográfico de la NASA había dado a la publicidad tres o cuatro fotos, pero McDivitt negó que correspondieran a lo que él había visto. Cuando pudo examinar en persona el rollo, se cercioró de que se trataba del objeto que había visto, si bien la calidad de la imagen y de la ampliación sólo permitían apreciar el objeto de forma difusa contra el límpido fondo del espacio exterior. De todos modos, McDivitt insistió en que la imagen correspondía a lo que él había visto. McDivitt opinó que, probablemente, el objeto era un satélite no tripulado. Por su parte, el NORAD examinó cuál era la posición de los distintos satélites y llegó a la conclusión de que podía tratarse de Pegasus,1 que en el momento de las tomas se hallaba a 1.900 kilómetros de distancia de la Gemini. McDivitt se mostró disconforme con esta interpretación. El doctor Roach elaboró entonces una tabla en la que se relacionaban todos los satélites -con inclusión de Pegasus- o fragmentos de satélites y se especificaban distancias y tiempos. El citado profesor llegó a la conclusión de que Pegasus era demasiado pequeño para que hubiera sido visto y filmado por McDivitt. Por otra parte, ¿cómo podía tratarse del satélite Pegasus II si McDivitt había comunicado que el misterioso objeto sólo estaba a 37 kilómetros de su cápsula? En este sentido, las palabras radiadas por McDivitt son definitivas:
"He visto nada menos que un satélite, a gran altura... Parecía una de esas estrellas que se vislumbran desde tierra y que uno ve pasar fugazmente a grandes, inmensas distancias. Cuando atisbé el satélite, lo teníamos casi encima de nosotros. Parecía que se desplazara de izquierda a derecha..., como si volviera al Oeste, lo que induce a suponer que seguía una trayectoria sur-norte."
"No era un satélite conocido"
El doctor Roach precisó así las palabras de McDivitt: " Si bien el astronauta llamó satélite al objeto que vio y fotografió, el hecho debe incluirse entre los casos dudosos, porque se desplazaba a mayor altitud que la Gemini 4 y en una órbita polar. Tenía las características de una estrella y no pudo identificársele como un satélite conocido."
Observaciones sobre China
Estas no fueron las únicas observaciones de los astronautas de la Gemini 4. Según la agencia de noticias Associated Press, McDivitt y White informaron también de "misteriosos objetos luminosos" al sobrevolar los territorios de China y el Asia Oriental. "No sé lo que eran -manifestó McDivitt- y dudo mucho que haya alguien en el mundo que pueda saberlo... "
La Fuerza Aérea ataca de nuevo
A pesar de las precisiones del doctor Roach, la Fuerza Aérea (USAF) -quizá presionada por la venenosa CIA- volvió a la carga y, saltando sobre los razonamientos y cálculos de los científicos, que habían determinado la posición de Pegasus a 1.900 kilómetros de la cápsula Gemini "estimó" que el satélite Pegasus 2 pudo estar perfectamente en el momento de las fotografías a 16 o 19 kilómetros de los astronautas..., cuando éstos pasaron sobre el territorio continental de los Estados Unidos. El Comando de la Defensa Aérea Norteamericana quedó así satisfecho, pero no los científicos ni, naturalmente, McDivitt y White. Poco tiempo necesitaron los expertos del Departamento de Explicaciones Instantáneas para ridiculizar, una vez más, a la Fuerza Aérea de EE. UU. Para empezar, el "encuentro" de los astronautas de la Gemini no había tenido lugar sobre territorio continental de los Estados Unidos, sino sobre las islas Hawaii.. En segundo lugar, si el propio Comando ha afirmado repetidas veces que su funcionamiento es tan preciso " que puede puntualizar en cualquier instante la situación de cualquiera y de todos los satélites que han sido lanzados desde la Tierra", ¿cómo explicar ese "lapsus" de casi 1.900 kilómetros respecto al Pegasus 2? La segunda rectificación -notificando que el satélite se hallaba a sólo 16 o 19 kilómetros de la Gemini- resulta mucho más grave y comprometido que el reconocimiento de un "objeto no identificado" junto a la cápsula del astronauta McDivitt... Para colmo, al concluir el vuelo, la propia NASA comentó en relación con las películas de los astronautas: "El cuidadoso estudio de las fotografías tomadas por McDivitt, del objeto visto desde la cápsula, no muestra nada que parezca un satélite." Ante semejante "chaparrón", las "águilas" del Comando de la Defensa Aérea prefirieron guardar silencio y esperar a que el asunto cayera en el olvido. Una táctica tan conocida como trabajada por los militares y la CIA...
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