Editar

La desaparición de la colonia Roanoke



Esta historia comienza en 1585, cuando el comandante Arthur Barlowe, junto con un grupo de pioneros, arribó en la isla de Roanoke, frente a las costas de la actual Carolina del Norte, en EE.UU financiados por Sir Walter Raleigh, que estaba convencido de la conveniencia para Inglaterra de establecer un imperio más allá de los mares desde el que explotar las riquezas del Nuevo Mundo y atacar las posesiones y flotas españolas.



A pesar de que en un primer momento la relación con los nativos no era mala, pronto se truncó y comenzaron las tiranteces; así que cuando el corsario Sir Francis Drake arribó en la isla en 1856, el pequeño grupo de expedicionarios partió rumbo a Inglaterra con el pirata.

Poco después, Sir Richard Grennville volvió a la isla con provisiones para el pequeño grupo de colonos, pero al no encontrar a nadie allí volvió a Inglaterra, no sin antes dejar en la isla a un pequeño grupo de soldados que se encargarían de guardar la colonia y las provisiones que allí quedaban hasta su vuelta.

Se cree que estos hombres sufrieron las constantes acometidas de los indios locales y partieron de vuelta a Inglaterra, aunque lo cierto es, que nunca más se volvió a saber nada de ellos, ni se encontró rastro alguno de su paradero cuando los ingleses volvieron a la colonia.

Un año después, el 22 de julio de 1587, un grupo de 118 colonos formado por 90 hombres, 17 mujeres y 11 niños llegaron de nuevo a la isla de Roanoke desde Inglaterra, con la intención de llevar a cabo un segundo intento de colonizar la isla y establecer un asentamiento permanente en las Américas que sirviera de enclave a Inglaterra para acometer contra los Españoles. El viaje estaba comandado por el Gobernador John White y financiado por el magnate Sir Walter Raleigh con el apoyo y patrocinio de la corona inglesa.

El 18 de agosto nacía la nieta del Gobernador John White, siendo el primer colono ingles nacido en América, la llamaron Virginia, igual que el nombre de la colonia.

Aunque las relaciones de los ingleses con los Croatan, una de las Tribus indígenas de la isla, eran de colaboración, pronto comenzaron los problemas a raiz de que el colono George Howe apareció muerto en la orilla de la playa tras haber salido a cazar cangrejos. Comenzó a especularse con la posibilidad de que alguna de las tribus de la isla le hubiese asesinado así que, ante el desagradable acontecimiento, y unido a que los recursos de la colonia comenzaban a escasear, el Gobernador John White dejo atrás a su hija y su nieta y se embarcó rumbo a Inglaterra para informar a la reina Isabel I de la situación de la colonia y recoger algunos suministros

Cuando White regresó a Londres, se vio atrapado en la capital británica por la guerra contra España y la falta de fondos por parte de la corona. Los meses pasaban y White, Raleigh y los demás socios de la expedición, se mostraban incapaces de organizar una flota. Primero, por el temor de los capitanes a cruzar el Atlántico en invierno y, después, por la llegada de la Armada Invencible. La amenaza española obligó a dedicar todos los barcos disponibles a la guerra con España. Los propios White y Raleigh tuvieron que participar en la defensa de Inglaterra por lo que volver a la colonia no sería posible hasta que la contienda terminase. Pasaron tres largos años hasta que John White pudo pisar de nuevo la isla de Roanoke, fue el 18 de agosto de 1590, justo cuando su nieta cumplía 3 años… y entonces comenzó el misterio:

Los colonos que allí se habían quedado hacia tres años, habían desaparecido sin dejar rastro. Las casas de dos plantas y techos de paja que se habían construido estaban totalmente desmanteladas y los establos, donde se alojaba el ganado, estaban vacíos. No había indicios de batalla, ni de muerte u hostilidades. Lo único que fue encontrado en el lugar fueron dos tumbas y una misteriosa palabra escrita en un poste de la fortaleza con la palabra “CROATOAN” y las letras “CRO” talladas en la corteza de un árbol cercano. Eso fue lo único que quedó de una población de más de 100 personas.


White había acordado con los colonos que si algo les ocurría, grabaran una cruz de malta en algún árbol cercano junto con el nombre del lugar al que habían marchado para indicar que su desaparición podía haber sido forzada y tener una manera de poder localizarlos. Aunque no había ni rastro de la cruz, el gobernador White asumió que se habían mudado a la isla de los Croatoan, aunque no pudo llegar hasta ella pues se avecinaba una fuerte tormenta y los hombres de la expedición rechazaron continuar el camino. Tras su regreso a Inglaterra, White fue incapaz de dar una explicación del paradero de los colonos o de lo que allí podría haber pasado en durante los tres años que duró su ausencia. No pudo reunir de nuevo los fondos necesarios para volver a América, donde se habían quedado su hija y su nieta y nunca más se volvió a saber nada de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tal vez te interese